El viejo pescador (parte 2)

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Pablo Campos Macías

Abstract





 


El viejo pescador es un óleo sobre tela, pintado por Pablo Ruiz Picasso en 1895, mide 83 x 62.5 cm y se exhibe en el Museo de Montserrat. Es una obra realizada en su juventud, cuando solamente contaba con 14 años; una imagen que corresponde al realismo.


El cuadro retrata un viejo pescador con una camisa ajada por tantas navegaciones. Abstraído, con la mirada perdida, tal vez recordando antiguas hazañas en la mar, las tempestades enfrentadas, los días de abundante pesca, las beligerantes batallas con tiburones, aquellos días que, embarcándose antes del amanecer y después de tirar un sinnúmero de veces la red a las profundidades marinas, regresaba cansado, con las manos vacías. Su abundante barba, que contrasta con su avanzada calvice, exhibe los hilos de plata de la vejez.


Picasso nació en Málaga el 25 de octubre de 1881, fue el primer hijo de José Ruiz y Blasco y María Picasso López. Su nombre completo, certificado en el acta de nacimiento fue Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz Picasso. Su padre fue profesor de dibujo y artes gráficas; tras reconocer el extraordinario talento de su hijo al contemplar sus primeros trabajos infantiles, le entregó sus pinceles y su paleta y prometió no volver a pintar en su vida. Su primer trabajo fue a los ocho años, El picador amarillo.


En 1891, la familia se vio obligada a abandonar Málaga, debido a la poca estabilidad económica que tenía, estableciéndose en La Coruña. En el verano de 1895 regresaron a Málaga a vacacionar en casa de su tío, el Dr. Salvador Ruiz Blasco; en esa época y en ese lugar pintó El viejo pescador, retrato del marinero Manuel Salmerón Castellano a quien su tío contrató como modelo para su sobrino. Este óleo muestra ya una profunda madurez para la edad con la que Picasso lo ejecutó y daba muestra también de la habilidad del pintor en el retrato. Es la imagen del añoso pescador, en cuya piel Pablo Ruiz Picasso, que así firmaba sus trabajos en ese tiempo, evidenció fielmente los días, los meses, los años, toda una vida, trabajando en su barca bajo los incandescentes rayos del sol, el día a día en el que lanzaba el anzuelo al mar tratando de atrapar alguna presa, sin mayor protección que su raída ropa. Se observa la piel intensamente bronceada en la cara, V del escote y antebrazos, haciendo mayor contraste por el color blanco de la camisa; una pequeña área de su piel del pecho, habitualmente cubierta por la ropa, deja entrever lo que sería el aspecto más cercano a su pigmentación original, más clara. La piel de la cara, con algunas áreas más pigmentadas y un aspecto engrosado está poblada por pronunciadas arrugas. En diversos puntos, unas hábiles pinceladas de color dejan entrever la presencia sugestiva de lesiones escamosas, que pudieran corresponder a queratosis actínicas. De este retrato se conservan numerosos bocetos y dibujos preparatorios.


Ésta es una obra de juventud de Picasso. En ella se exhibe toda la fuerza del pintor, el germen de lo que más tarde desarrollará y que lo consagrará como uno de los mayores pintores contemporáneos. Picasso refleja en este cuadro –sin saberlo– lo que el dermatólogo Paul Gerson Unna (Hamburgo, 1850-1929) describió como piel de marinero (seemans haut) y que no es más que el resultado de la exposición continua al sol.


Las fotodermatosis comprenden una gama de dermatosis que directa o indirectamente están provocadas por las radiaciones solares. Puede afirmarse que todas ellas tienen en común una topografía característica que corresponde a las superficies expuestas al sol. La exposición intensa, sin protección adecuada, causa daño agudo a los tejidos, traducido por eritema y en ocasiones lesiones ampollosas; la exposición crónica se traduce en lesiones precancerosas, cáncer de piel y fotoenvejecimiento de la piel, con cambios que son fielmente evidenciados por Picasso en la piel de Manuel Salmerón Castellano.


La piel humana, al igual que otros órganos, sufre envejecimiento cronológico natural; a diferencia del resto de los tejidos, el envejecimiento cutáneo es resultado de la interacción de factores genéticos y no genéticos, denominados exponenciales (factores externos que actúan en el genoma a lo largo de la vida). La exposición solar crónica es el factor exponencial más importante para la aparición del fotoenvejecimiento. Las fracciones UVA y UVB de la luz ultravioleta producen fotodaño, alteraciones en las células epidérmicas que se traducen en lesiones precancerosas y cáncer del piel y en la dermis degradación del tejido conectivo, alteraciones en la fibras de colágena y elásticas que se traducen en fotoenvejecimiento prematuro de la piel.


Entre los factores intrínsecos el más importante involucra la cantidad de melanina, pigmento producido por los melanocitos en la capa basal de la epidermis y que protege contra las radiaciones solares.


El Dr. Thomas Fitzpatrick, dermatólogo graduado de la Universidad de Harvard, en 1975 desarrolló una clasificación, que lleva su nombre, en la que establece seis fototipos de piel de acuerdo con su grado de pigmentación, capacidad de bronceado y su tolerancia a la radiación solar. Los fototipos 1 y 2 corresponden a personas de cabello pelirrojo o rubio, piel clara, si se exponen al sol sufren quemaduras y al no tener capacidad sus melanocitos de incrementar la producción de melanina ante el estímulo de las radiaciones solares, no tienen capacidad de broncearse. Los tipos 3 y 4 son de pelo rubio o castaño, piel clara a oscura, pueden mostrar eritema y en ocasiones quemaduras, tienen la capacidad de broncearse parcialmente. Los tipos 5 y 6 son de pelo marrón a negro, piel oscura o negra, no manifiestan los efectos agudos a la exposición solar y su capacidad de bronceado como respuesta protectora es alta.


La piel de Manuel Salmerón Castellano, representada en el retrato de Picasso, por su pigmentación pudiéramos clasificarla en un fototipo V; sin embargo, la exposición solar ha sido muy intensa y en forma crónica, lo que se traduce en oscurecimiento acentuado en la piel expuesta, engrosamiento y acentuadas arrugas.


Sus primeras obras las rubricaba como Pablo Ruiz Picasso, luego como Pablo R. Picasso y sólo como Picasso desde 1901. El cambio no parece implicar un rechazo de la figura paterna; antes bien obedecía al deseo de Picasso de distinguirse como personaje, iniciado por sus amigos catalanes, que tomaron la costumbre de llamarlo por el apellido materno, mucho menos corriente que el Ruiz paterno.


Durante sus estancias intercaladas en Barcelona y París, en sus obras predomina el color azul, por lo que se conoce como su periodo azul; en 1904 se estableció en París y los cambios en el colorido determinaron el inicio del periodo rosa. En 1906-1907 experimentó un cambio en su estilo artístico; las frecuentes visitas del artista al museo etnográfico de París le harían conocer y admirar la cultura africana. Una de las obras que marcaría esta nueva etapa es la titulada Las señoritas de Avignon. Su nueva expresión pictórica resultó difícil de entender a sus amigos y coleccionistas, Picasso había prescindido del espacio. El artista malagueño rompió con esta obra con el realismo, con la profundidad espacial y con la manera tradicional de representar el cuerpo desnudo de la mujer. Esta obra marcó la etapa precubista, que daría paso entre 1907 y 1917 al cubismo, siendo Picasso y Georges Braque sus creadores, un estilo que representa la realidad mediante el uso dominante de elementos geométricos, resultados del análisis y la síntesis.


Surgió de sus pinceles un movimiento que repercutiría en el mundo de la pintura, pero permanece en las obras de su juventud, entre ellas la realizada a principios de 1897, a la edad de 15 años, Ciencia y caridad, obra en la que se ve a una mujer enferma que yace en la cama, asistida por un médico y una monja que sostiene a una criatura en brazos, y la realizada un año antes, El viejo pescador.


Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz Picasso disfrutó de los toros y el buen vino, fue bullicioso entre las mujeres, se declaraba pacifista y comunista. Fue miembro del Partido Comunista de España y del Partido Comunista Francés hasta su muerte, acaecida el 8 de abril de 1973 a los 91 años de edad, debido a un edema pulmonar, en su casa llamada Notre-Dame-de-Vie de la localidad francesa de Mougins. Está enterrado en el parque del castillo de Vauvenargues (Bouches-du-Rhone).


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